viernes, 22 de febrero de 2013

"Si me zorreas así... zorreame cuanto quieras" por Windshear


Cortaba la niebla como un rompehielos hace lo propio en su hábitat… y por una vez no llevaba música en el coche, se dejaba acompañar por el susurro del asfalto y un eco en su cabeza “¿te atreves?”  Sonreía miedoso rememorando su respuesta “Me atrevo a ir al infierno y volver con hielo si me lo pides” Y en esa estaba, cual Dante en pos de Beatriz surcando una noche oscura y fría…
Allí estaban, susurrando por no molestar, hablando, esquivando miradas, luchando por reconquistar lo que una vez fue suyo, exprimiendo el tiempo más allá de lo posible y como tantas y tantas veces, sin desear nada, sin esperar nada a cambio… pero las cosas no son lo que parecen…

Ella por primera vez le miró a los ojos, seria, casi enfadada… y agarró su mano para llevarle lejos de cualquier posible interrupción, El sorprendido se dejó hacer, no estaba en posición de poder negarse, siguió sus pasos como un cachorrito perdido detrás de su madre y sin darse cuenta que las cosas siguen sin ser lo que parecen…

No llegó a saber cómo, pero allí estaban, en una cama, una habitación, una estancia testigo de su desnudez y en el momento que El quiso abrazarla y pedirla que siguieran así por siempre se dio cuenta… sus ojos brillaban, de fuego, de una maldad sexual desconocida, y un susurro le hizo empezar a comprender lo que estaba por venir… “vas a conocer a la zorra”

Ella le indicó que en el suelo tenía a su disposición un conjunto de complementos que tal vez le ayudaran a llevarla lejos de la realidad, confiante lo propuso sabiendo que el no era muy hábil con esos juguetes… pero la confianza nos lleva a bajar la guardia y vernos sorprendidos… EL obedeció, y se armó de dos ayudantes, un consolador y un ya famoso vibrador… Ella cerraba sus ojos sin esperar lo que le venía encima…y le vino, si, abrió sus ojos conteniendo un “cabrón” cuando sintió la vibración en su clítoris…y no pudo más que arquearse y soplar… porque aquella vibración la acompañaba un consolador…que hizo de perfecto paladín introduciéndose sin dudar… y en esas siguió jugueteando con ella mientras la dejaba a la frontera de un orgasmo que no quiso culminar…”si soy un cabrón a veces”

El decidió morir matando, si debía ser así el último suspiro que fuera, iba a abandonarse a Ella sin más, sin condiciones, sin reparos y en ese pensamiento descubrió un añadido en aquel colchón que le hizo sonreír… para cuando Ella quiso darse cuenta, estaba atada a la cama, prisionera en su propia trampa…vendados sus ojos y expuesta en su desnudez ante El, quien advirtió que no le importaba al verla morderse el labio con ese gesto cómplice de antaño, y fue entonces cuando empezó todo…

Sus dedos recorrieron sus costados, aprendiéndose de memoria una vez más aquellos lugares que tantas veces había disfrutado, quería alargar el momento, pero algo le dijo que no podría ser así, al bajar la mirada un charco almizclado de líquido pasional le recordó que no era el día para ser mimoso, no era el momento para recrearse en caricias sinceras, y sonriendo como nunca jugó al despiste, besaba su cuerpo sin una lógica, Ella no podía ver y no sabía  dónde llegaría el siguiente beso, en que parte la tocarían sus dedos … y en ese despiste comenzó todo.

El dejó de repente caer toda su pasión concentrada en su lengua, la cual se abrió paso a través de un sexo ávido de sensaciones, inundado de jugos y que ardía, y en ese fuego fue lamiendo, agarrado a sus caderas la devoró como nunca, sintiendo cada gemido, escuchando las correas rechinar ante los tirones de Ella y haciéndola desear soltarse para cobrar venganza… El se notó duro, muy duro… y saboreando aquel dulce zumo decidió seguir “torturándola” acariciando el interior de sus piernas no con las manos… frotando sus sexos deseantes mientras la decía “¿Dónde está ahora la zorra?” y la respuesta le hizo temblar…”fóllame cabrón” Antes de perder el control de la situación El dijo que no, que no era el momento adecuado, que el marcaría el ritmo…pero mentía, pues en el gesto de rabia de ella por la negativa, la penetró de una vez, con una fuerza contenida….acoplándose a ella arrancándole gritos sordos de placer en cada embestida, y ya no pudo resistirlo…retiró la venda y allí estaban, follando como leones y mirándose a los ojos como siempre debería ser… volvían a ser Ellos y en ese recrearse en el momento perdió el control de la situación, ese fue su error su dulce error…

La desató con una dulzura exquisita, en cada gesto encerraba tantas palabras calladas, tantos pensamientos que retumbaban en la pelea por ser expresados… se fundieron en una mirada cómplice, una sonrisa fue el preludio calmo de la tormenta que había de venir, y en aquel momento, justo en aquel y no en ningún otro… empezó de nuevo todo perdido en el marrón de sus ojos encendidos de deseo.
Ella hizo el amago de besarle con una sonrisa, y al corresponder ese beso sintió un giro inesperado, ella tomó el control… y donde había deseo, ahora se añadía una pasión desatada, la fiera había resucitado, el fénix iba a quemarle más que nunca lo hizo y el lo sabía, suspiró y se abandonó a un destino incierto pero deseado…

El estaba atado, cabalgado por ella, amasaba su pecho lentamente, dejaba deslizar su sexo inundado sintiendo como le excitaba, y en cada movimiento sexual y sensual su mente acumulaba ideas para una dulce venganza por lo de antes y vaya si lo hizo… El cerraba sus ojos, se dejaba masajear sintiendo la ardiente humedad de ella empapando un sexo erecto y desafiante, buscando a golpes de cadera penetrarla como deseaba, pero ella no iba a dejar que volviera a escapársele “vivo” y en esa lucha de sexos…giró su cuerpo dándole la espalda, buscó aliados en su misión y se expuso y propuso volverle loco de puro placer…

El luchaba con unas correas que no le permitían libertad, y ella disfrutaba sintiendo sus esfuerzos en vano por soltarse… y en su sonrisa oculta vigilaba por el espejo de la pared como el sufría encantado, una tortura deseada y esperada, pero tortura por no poder asaltar el templo de su cuerpo encendido en la lujuria… Ella puso fin a un breve descanso, su mente funcionaba ya sin freno… Se dejó caer hacia delante…exponía un sexo abierto, chorreante, sus manos…apoyadas en las nalgas las separaron y una mano hizo aparición, ella empezó a tocarse sabiendo que eso a el le volvería loco, por verlo y por no poder corresponder, ella se sentía una diosa ( lo era, lo es ) y continuaba con sus “haceres” acercándole su sexo…pero sin llegar a dejarse tocar, lo justo para que el aroma a sexo le excitara más, luchando por comérsela, estirando el cuello por lamerla…pero sin éxito, y en ese momento se dio cuenta de algo, se estaba perdiendo en la lucha lo que estaba pasando…

Ella se estaba masturbando, casi violentamente… apretando sus caderas contra el, y a la vez que se masturbaba, aprovecho el manantial que brotaba de su sexo para empapar un dedo…y se penetro doblemente, una mano en cada orificio…sabiendo que el estaba al borde de la absoluta locura, lo sabía por lo que le conocía, y lo sentía en cada tirón inhumano, rechinaban las correas, temblaba la cama, temblaban las paredes…todo era una vorágine de sexo absoluto… Y en esas hizo acto de presencia un ayudante, el casi extenuado en la lucha por soltarse y poseerla no lo vio venir…pero aquel dildo se adentró sin dificultad donde el quería estar y no podía… aquello era un maremágnum de sensaciones, ella doblemente  penetrada, el luchando por taladrarla sin éxito… Y se rindió, no por falta de deseo, al contrario, no quería explotar en un orgasmo brutal que intuía acercarse, y no era el momento de finalizar la experiencia…

Ella advirtió su frenazo… y decidió no permitírselo… le soltó sí, no por piedad o intento de calmar el momento, al contrario…una vez suelto, lo aparto y ocupo su lugar, se ofreció de espaldas a el y con un azote le ordeno que la follara…sin piedad, sin miramientos… El, no pudo negarse ( tampoco lo quería ) y alejo de su cabeza cualquier rescoldo de timidez o prudencia…se sirvió de sus jugos para prepararse y de un solo golpe hizo inútil el dildo ayudante que se vio alejado del juego, sustituido por una carne dura y pasional…que hizo el camino de entrada con una facilidad casi insultante a la par que reveladora…lo deseaban ambos y lo estaban teniendo… se abandonaron mutuamente a acabar con la paz del otro, esforzándose en su papel en que fuera el otro el primero en alcanzar el éxtasis, olvidaron la compañía de la habitación de al lado, olvidaron el mundo…todo desapareció en un torbellino de jadeos, de temblores, no existía nada que no fueran sus cuerpos, el aquí y ahora… y en eso llegó… o mejor dicho llegaron, juntos de la mano, como un par de viejos amigos que nunca se hubieran separado… ambos orgasmos llenaron el ambiente de electricidad, de gritos sordos y sudores complacientes…en definitiva…de ellos…

Lo que vino después, es algo que no hay palabras… Quien ha tenido el placer de sentirse así lo sabe, no puedo expresarlo con la justicia que debería… Dos cuerpos, el acogiéndola en su pecho, rodeándola con el brazo, velando un sueño…apartando fantasmas y luchando con dragones... porque ahora si sabe quién es EL

jueves, 24 de enero de 2013

¿TU REGALO? por Paco01


Aquel día especial volvía a ser un día tristemente normal. Cada año me decía a mi mismo que el próximo sería distinto, me lo tomaría libre, me lo regalaría, me relajaría, me daría algún capricho sibarita y esperaría a mi familia con algo especial cuando volvieran a casa de sus quehaceres, pero una año más me había vuelto a defraudar a mí mismo y por pereza o por dejadez, ya no importaba, el día de mi cumpleaños volvía ser un día mas.
Como cada tarde entre en el garaje de casa y volví a encontrar las bicis de los niñas tiradas en mitad de la plaza de aparcamiento y el coche de mi mujer mal aparcado y me dije a mí mismo “hoy no me pienso enfadar”, respire hondo baje pacientemente del coche y me dispuse a hacer hueco en el garaje, pero algo llamó mi atención en ese momento, algo estaba especialmente tranquilo, había algo en el ambiente que no encajaba en ese día normal, pero volví a centrar mi atención en las dichosas bicicletas y me dispuse a terminar con lo que estaba haciendo.
Entre en casa por la cocina como cada día y entonces no tuve ninguna duda de que algo fuera de lo habitual estaba pasando. La casa estaba especialmente silenciosa, cuando lo habitual era escuchar a las niñas correr y gritar, todo estaba en penumbras y había un olor en el aire que en ese momento no supe identificar. Por un instante mi mente creyó encontrar la respuesta a lo que sucedía… mi chica había preparado una fiesta sorpresa para mí ¡que amor! No tenia duda alguna de que al abrir las puertas correderas del salón habría un montón de amigos y familiares gritando ¡SORPRESA! Como si se tratase de la típica peli yanqui de serie B y cuando lo hice, efectivamente hubo un sorpresa, pero el “sorpresa” solo sonó en el interior de mi mente al ver que el salón estaba completamente vacío y en penumbra. 
Un centenar de  velas distribuidas por todo el salón y un olor suave pero intenso a Ilan Ilan que ahora sí que identificaba sin ninguna duda, convertían el salón en un lugar cálido y seductor.  Porcelain de Moby sonaba como un susurro de fondo, la chimenea chispeaba encendida y sobre la mesa del salón un paquete envuelto en seda roja junto a una botella de Moët y dos copas sujetaban una nota doblada.
Dejé caer la chaqueta sobre el sillón y cogí la nota: “!Felicidades cariño! Como eres un perezoso, este año yo me encargo de hacer de este día algo que nunca olvidaras”
Noté su abrazo desde detrás, cálido, sensual, su perfume era inconfundible para mí y su aliento en mi cuello erizo mi piel –Quiero que te quites la corbata y que te tumbes, hoy me encargo yo de todo, ponte una copa, tu regalo está a punto de comenzar- cuando me giré para cumplir con sus ordenes a penas me dio tiempo a ver como desaparecía en la penumbra de la puerta del salón. Me quité los zapatos, la corbata, me desabroché algunos botones de la camisa, me puse esa copa de champagne y me dejé caer sobre el sillón.
Mis pupilas se dilataron como las de un felino que ve su presa en la oscuridad, por un segundo pensé que los destellos de las velas estaban distorsionando lo que percibía mi retina, a medida que se acercaba, la realidad era cada vez mas irrefutable, pero también más increíble, mi mente funcionaba al ciento veinte por cien buscando una explicación creíble a lo increíble. Ella caminaba lentamente hacia mí, un corsé negro dibujaba su pecho y si cintura y su ligero dibujaba la curva de su cadera  para morir mordiendo unas preciosas medias negras de rejilla, su sexo depilado casi en su totalidad quedaba al descubierto y se contoneaba hipnotizante acompasando el paso que marcaban las agujas de sus tacones.

Tras ella y de su mano una muñeca de porcelana se acercaba con una sonrisa que era preludio de lo que sin duda iba a suceder. Era algo más alta que ella, maquillaje perfecto, dientes perfectos, tez clara, pelo negro liso y dos coletas que le daban un aspecto muy juvenil. Una blusa blanca sin abrochar y anudada dejaba entrever su pecho generoso, falda de tablas escocesas y medias blancas por encima de la rodilla culminaban un disfraz cargado de morbo.
Clara me miro sonriendo –cariño, te presento a Carmen… parte de tu regalo de cumpleaños, y del mío!- Yo no podía mover ni un solo músculo de mi cuerpo, mitad incredulidad mitad sorpresa, estaba absolutamente paralizado. Se sentaron muy despacio junto a mí y en ese momento deje de existir para ellas. Una frente a la otra se miraron durante unos segundo estudiando sus rostros, Carmen comenzó a recorrer cada ángulo de la cara de Clara como si sus ojos no lo pudieran hacerlo y Clara comenzó a tocar sus pecho por encima de la camisa, sus bocas se acercaron lentamente y muy despacio comenzaron a probar la una de la otra. Carmen acariciaba el contorno de Clara queriendo memorizar sus curvas mientras ella no dejaba de recorrer sus tetas con la yema de los dedos pero ya sin pudor y con descaro.
La escena no podía ser más excitante, yo me había recostado sobre el sillón y disfrutaba del espectáculo que a esas alturas había provocado una tremenda inflamación en mi sexo. Una mano de Carmen ya acariciaba con habilidad el sexo de Clara y recorría con dedos hábiles su gruta untando su flujo por sus labios que en ese momento ya estaban hinchados, mientras sus bocas se comían mutuamente.
Clara se dejó caer de rotillas frente a mí y me desabrochó el pantalón mientras yo me quitaba la camisa comenzando a lamer mi rabo al tiempo que con una mirada fugaz y picara animaba a Carmen a sumarse a la tarea. Ver como las dos lamian al unísono mi polla fue una visión que casi me llevó al límite de lo soportable, pero no quería terminar el primer asalto así y algo cambio mi centro de atención. Carmen dejaba su tarea para retroceder un poco y comenzar a comerse el coño de Clara desde detrás. El gesto de placer en la cara de Clara fue demoledor, Carmen tenía su cara metida entre las dos nalgas de mi mujer y se la comía con un apetito voraz y ésta apenas conseguía mantener la concentración necesaria para continuar con la mamada, fue entonces cuando llego una corrida que no pude contener ni un segundo más… mi leche inundo su boca en un estallido de calor que tensó mi cuerpo, la succión no paraba y convirtiendo la corrida en una tortura absolutamente placentera, mis manos intentaban separar su boca de mi rabo, pero las suyas presionaban mi culo en una lucha por no dejar salir de su boca mi polla y entonces entendí que la responsable estaba detrás de ella, Carmen seguía comiéndose el coño de Clara mientras esta se corría y me ordeñaba impulsivamente…
Durante unos segundo me quede completamente relajado sobre el sillón, no podía abrir los ojos, mi pulso estaba por encima de ciento cuarenta y un hormigueo recorría todo mi cuerpo. Cuando levante la mirada, Carmen se aplicaba lenta pero laboriosamente a recorrer mi rabo desde su base hasta la punta con su lengua, despacio, metódica, pero implacablemente. Me miró sonriente – ¿no pensarás que esto ha terminado?
Clara estaba tumbada boca arriba y ésta vez era ella la que con la cara metida en la faldita tableada hacia disfrutar a Carmen. La forma de lamerme y la idea de que mi mujer le estaba comiendo el coño a aquella preciosidad, fueron motivos más que suficientes para que mi rabo se pusiera en marcha rápidamente… la camisa de Carmen había desaparecido y sus senos se balanceaban al ritmo de su boca entrando y saliendo de mi sexo al tiempo que lo masturbaba. Clara se colocó a horcajadas sobre mí- Cariño, necesito rabo!- y lentamente comenzó a penetrarse. Mi polla encajó de una sola embestida en su cálida gruta y comenzó a bailar sobre mí frotando con habilidad su clítoris sobre mi pelvis, yo estaba completamente tumbado sobre el sillón y sus tetas acariciaban mi pecho en cada movimiento rítmico y entonces vi la cara de Carmen aparecer sobre el hombro de Clara. Notaba como sus manos jugaban con su culo y como el ritmo y la excitación iban incrementándose… y de repente se detuvo, no entendía que estaba sucediendo, los ojos y su boca entreabierta me decían que algo sucedía y cuando miré el reflejo en el cristal de la vitrina lo entendí… Carmen no siempre se había llamado así, de debajo de su faldita tableada se abría paso un rabo de proporciones muy respetables que se disponía a irrumpir en el culo de mi mujer. La escena era tan sorprendente como excitante. Su cabeza se echó hacia atrás mientras Carmen la penetraba. 

Podía notar en mi rabo como el de Carmen se abría paso en su culo, por un instante nos quedamos quietos y Clara gimió –aaaaaaaah- y comenzó a moverse pidiendo que la follaran. Las dos pollas entraban y salían de ella en una danza lujuriosa, sus pechos saltaban, sus uñas se clavaron en mi con fuerza –darme, darme más, no paréis darmeeeee- el ritmo era frenético, el sonido de Carmen golpeando con sus ingles en el culo de Clara, el roce de su clítoris contra mí, el brillo del sudor en su cuello… y su cuerpo se convulsionó, sus piernas me presionaron con fuerza y se corrió como creo que nunca lo había hecho antes, por un instante pude ver por encima de su hombro como Carmen también se corría embistiéndola con fuerza, yo giré la cabeza para ver de nuevo la escena en aquel cristal y la bombee toda mi leche con todas las fuerzas que me quedaban… durante unos segundos nos quedamos tumbados los tres unos sobre el otro.
-Felicidades amor! no sabría decirte quien ha disfrutado más de tu regalo!
-¡Tenias razón, nunca olvidaré este día! !Te quiero!

domingo, 23 de diciembre de 2012


Bueno chicas, no quiero dejar pasar el año sin desearos una Feliz Navidad, y un Prospero Año Nuevo.
Besos
Soc.

P.D Si, ya sé que es cutre, pero es lo que hay, y menos mal que lo guardo de los tres últimos Años.
 

sábado, 10 de noviembre de 2012

HABITACION 2208 por Paco01


Dos semana de viaje de trabajo por toda Europa visitando todas y cada una de las delegaciones de la empresa empezaba a hacer mella en mi estado de ánimo.
Cuando me ofrecieron el puesto de responsable de calidad y el proyecto de auditar las delegaciones en Europa me pareció providencial, mas aun teniendo en cuenta que acababa de precintar mi segundo matrimonio. Pero después de dos años de proyecto y viajes intermitentes de larga duración todo empezaba a cambiar de color.
Había centrado mi vida en torno, a una cada vez más obsesiva atención de mi cuidado personal, que reconozco me situaba casi al límite de la vigorexia: gimnasio intensivo y diario, rigurosa dieta, depilación, ropa a medida, trabajar y trabajar, de aeropuerto en aeropuerto de oficina en oficina y de hotel en hotel, que convertía mi vida en una espiral que me sumía mas y mas en un aislamiento social preocupante.
Aquella tarde en de noviembre en Oslo, era como cualquier tarde de invierno en cualquier otra ciudad el norte de Europa. A las 17:00 las calles estaban desiertas, sometidas por el tácito toque de queda que imponían de unos agradables 15º bajo cero.
Después de la sesión de gym y una reconstituyente ducha en mi habitación, me deje caer desnudo sobre la cama y con la mirada fija en el techo y caí en la cuenta de que en los dos últimos años apenas había follado en un par de ocasiones. Fue entonces cuando la idea empezó a rondar en mi cabeza. No era precisamente a lo que estaba acostumbrado, incluso me daba cierto reparo, ¡pero qué cojones! ¿a quién tenía que dar ningún tipo de explicación? Además me merecía un respiro!. Cogí el periódico local que había en la habitación y busque la consabida sección de contacto. Después de leer varios anuncios repetitivos, me decidí por uno al azar...
Una señorita con voz sensual contesto inmediatamente al teléfono:
-God ettermiddag, kan jeg hjelpe?
El Radison Blue esta situado en el centro de Oslo, 37 plantas de acero y cristal que cubrían todas mis necesidades cuando visitaba la sede en Noruega. Linda, así es como me habían dicho en la agencia que se llamaba la señorita de compañía que me enviaban, llegaría en 30 minutos y el taxi corría de mi cuenta. Una mezcla de actitud depresiva y rebeldía, paliaba mi cargo de conciencia por el hecho de pagar por sexo, algo que no había hecho nunca antes y diluyo cualquier ánimo de arreglarme, por lo que decidí esperar en bóxer a mi cita… tampoco creía que se fuera a asustar!
Apoyado en el cristal del gran ventanal de mi habitación vi como un taxi paraba en la entrada del hotel y bajaba una chica de media estatura, media melena morena y abrigo blanco, debía de ser ella. Había insistido a la señorita de la agencia en lo importante de la discreción, nunca me había gustado llamar la atención ni siquiera a 3.000 km de casa.
Los minutos se hicieron horas, no entendía porque tardaba tanto en subir… quizás no era ella? El corazón me palpitaba a mil por hora… que la digo? 
De repente me di cuenta de que no sabía como reaccionar ante la situación que estaba a punto de ocurrir… no tenía ningún máster que me preparase para algo así. Por mi cabeza pasaban mil preguntas y no contestaba a ninguna de ellas, estaba ridículamente nervioso, me sentía como un crio ante su primera cita y entonces el pomo de la puerta giro y sin pensarlo ni un instante abrí la puerta.
Era espectacular, su melena caía sobre sus hombros, maquillada pero no llamativa, su perfume era dulce pero discreto, sus ojos verdes contrastaban en su piel blanca y el fondo negro del su pelo, su escote a pesar de ser discreto dejaba adivinar unos pecho grandes y firmes, una falda de tubo por encima de las rodillas marcaba un contorno perfecto… durante unos segundos los dos nos miramos sin decir nada, no era la reacción que esperaba para esa situación, su mirada se congelo sobre mi cuerpo seria y concentrada y me pareció que hasta con una pincelada de sorpresa quizás por estar desnudo. Tendí mi mano ella la cogió y la arrastre al interior de la habitación sin decir ni una sola palabra, cerré la puerta tras ella y aun de pie en el pasillo la besé muy despacio, note como su cuerpo se estremeció o al menos eso quise pensar, hundí mi cara en su cuello y comencé a morderlo muy despacio, ella echo la cabeza hacia un lado cerró los ojos y exhalo un gemido de placer, mis manos comenzaron a recorrer el contorno de su pecho, su espalda y muy despacio llegaron a su trasero firme. Sin dejar de besarla y al tiempo que bajaba por su pecho, comencé a soltar su falda que cayó como un telón sobre la moqueta. 
Uuuuffff!! un culote de encaje negro dibujaba su sexo y un liguero marcaba la frontera  entres sus piernas y el principio de sus ingles, me dejé caer acariciando su contorno y milimetrado su cuerpo con mi lengua -vamos a la ducha- me cogió de la mano y me guio por la habitación como si fuera la suya.
El vapor, el jabón sobre su piel y el sonido del agua al caer por su cuerpo me llevaron al límite de mi resistencia. Sus pecho llenaban mis manos mientras los acariciaba desde atrás, su espalda arqueada me ofrecía su culo generoso y su cabeza buscaba mi boca. Mis manos exploraban su sexo y lo masajeaban despacio pero sin parar, su clítoris que a esas alturas ya estaba hinchado de deseo, el flujo que manaba de su rajita junto con sus labios me invitaban a penetrarla. El baile de su nalga mezcla de lujuria y desesperación por encontrar mi sexo minó mi resistencia y la penetré lenta pero implacablemente… Mi polla lleno su cavidad en la primera envestida, por un instante me quede inmóvil presionando con todas mis fuerzas intentando buscar el final de su agujero. Un gemido sordo se alzo sobre el rugido del agua de la ducha y fue el preludio de un movimiento rítmico de su cadera que la obligaba a golpear contra mis pubis, sus manos apoyadas en el mármol de la ducha servían de palanca a su empuje, yo agarraba con fuerza de su melena y con la otra mano separaba sus nalgas para facilitar mis envites… una de sus manos comenzó a masturbar su clítoris buscando el orgasmo y aumente la fuerza y el ritmo de la cabalgada note la palpitación de sus paredes húmedas y la contracción de su sexo… -me corroooo, siiiii me corroooooo o dios mio dame maaaaas, dame dameeee- y el ritmo de sus manos aumento en su coño –aaaahhhhhh- y me regalaba una lubricación extra que me animaba a empujar más y más adentro... no pude más… mi mente se centro en el extremo de mi rabo y en como un chorro de mi esencia estaba a punto de inundar su cuerpo... en un movimiento rápido me saco de ella, se giro al tiempo que se arrodillaba delante de mi recogió y recogió con su boca desde la primera a la última gota de mi leche.
Cuando había terminado de inyectar toda mi esencia, ella continuo chupando muy despacio la punta de mi glande… la demanda de más de lo que ya no tenía me provocaba un dolor agudo y placentero…
Salí del baño manteniendo el equilibrio a duras penas y pensando que era dinero mejor gastado en toda mi vida. Busqué mi cartera saqué unos billetes y lo dejé sobre la mesa junto a su bolso… llegué hasta la cama y me tumbé desnudo boca abajo.
Un momento después escuche como Linda salía de baño se acercaba a la cama y me besaba en el culo después de darme un cachete… -adiós, hasta otra!- y la puerta se cerró.
Mi cuerpo de dejaba mecer por las manos de Morfeo, cuando unos golpes en la puerta me devolvieron a la conciencia –¿quién cojones es ahora?- De camino al la puerta cogí un albornoz y me lo puse de cualquier manera, debía de haber olvidado algo!.
Abrí la puerta y delante de ella había una “señorita”, rubia de bote, con una miniminifalda, un top muy top y con más pintura que El Prado! me saludaba con la mano mientras masticaba con la boca abierta un chicle… El mundo se detuvo de repente, me vi en 360º de pie en la puerta, mi cabeza intentaba encajar las piezas… que cojones…? Mire la mesa y de repente todo tomó forma, el dinero seguía allí, junto a él había una nota; “!nunca confundirse de habitación resulto tan excitante!”

martes, 6 de noviembre de 2012

HACERTE EL AMOR por EL CUERDAS


Si alguna vez te he dicho algo, que después has repetido,
haciendo que mis frases salieran de tu boca,
ya te he besado sin necesidad de tocar tus labios.
Si alguna vez te he dicho algo,
que ha echo recorrer un escalofrío por tu espalda,
que te ha erizado la piel,
ya te he abrazado sin tocar tu ser. 


Si alguna vez te he dicho algo,
capaz de remover tu conciencia,
que te ha echo pensar y darle vueltas a la cabeza, 
ya he estado dentro de ti sin necesidad de penetrarte.

Y si han ocurrido estas tres cosas,
recapacita y entenderás,
que ya te he hecho el amor sin necesidad de desnudarte. 


EL CUERDAS


Quien nos iba a decir, hace años, cuando nos conocimos, que aquellas primeras palabras que te escribí, y que nos acercaron, iban a ser la pauta que marcara nuestra relación.



¿Qué por qué quiero conocerte?
Quiero saber que soy lo que soy por mi misma y no por la sociedad que me ha educado.
Siempre he pensado que todos somos iguales, que no debemos rechazar a la gente por que sean diferentes a nosotros. He catalogado a la gente por sus sentimientos, por mis sentimientos y por el color de su corazón. He intentado poner mi granito de arena para crear un mundo en el que todos seamos iguales, ahora tengo una razón más para hacerlo.
No, no quiero sentir lo que tú sientes, ni pensar lo que tú piensas, ni creer en lo que tú crees, amar como amas o sentir el sexo como tú lo sientes. Solo quiero saber qué sientes y qué te hace sentir.
Darme cuenta de que no soy única, mis amigos no son únicos, mi país, mis creencias, mi cultura no son las únicas.
Mis pensamientos, mis sentimientos, mis ideas, mi música, mi literatura…mis problemas.
No, no te quiero JUZGAR, solo quiero conocerte.
Quiero APRENDER de cada uno de los seres de este mundo, quiero vivir, quiero gente que me inspire y me haga sentir.
Te quiero a TI, estás preparad@ para esta aventura?

Esas palabras que nos acercaron, cada día son más reales entre nosotros. 
He conocido grandes personas en este mundo, tengo la suerte de tener muchos amigos en el, pero nadie como tu hace real ese pensamiento. Nadie que esté mas alejado en mi forma de ser, de pensar y de sentir este mundo, está más cerca de mi corazón.
Eres mi maestro, mi amigo incondicional. Esa persona que aparece, aún sin que le diga que le necesito. El único al que no puedo engañar y, a pesar de tantas veces que te lo he dicho, hoy quiero hacerlo de nuevo.

Gracias.
Te quiero.




SER LIBERAL, por EL CUERDAS



Cuando sepas regar una flor que esta libre en el campo y no porque pertenezca a tu jardín,


cuando sepas amar sin necesidad de poseer, 



cuando seas feliz compartiendo o cuando ves que es feliz con otros, 



cuando te sepas apartar para ver a la otra persona disfrutar ,



cuando siempre seas un apoyo y nunca un impedimento ,



cuando entiendas que esta contigo libremente al igual que con los demás, 



cuando quieras compartir sus penas al igual que sus alegrías ,



cuando entiendas que en ocasiones desee estar con otros más que contigo pero que a ti no te olvida,



cuando seas capaz todo esto serás liberal.



EL CUERDAS


Hay gente para la que la sabiduría se resume en los diplomas colgados en la pared; para mi, la sabiduría es mucho más. 
La sabiduría es lo que tu me demuestras tener día a día, con escritos como este, que se no son solo palabras, sino una manera de vivir y sentir.
Utópica

jueves, 1 de noviembre de 2012

FELIZ ANIVERSARIO

Aquel otoño estaba siendo especialmente lluvioso y frio. Después de más de una década de matrimonio y dos hijas, habíamos tomado por costumbre dedicarnos un fin semana al año solo y exclusivamente para nosotros. Un hotel remoto, una habitación acogedora, un buen restaurante, un ambiente tranquilo y un poco de mariguana era todo lo que necesitábamos para recargar las pilas para el resto del año.
Con un par de meses de antelación comenzamos a preparar reservas, solicitar vacaciones, baby syter y los pequeños detalles. A pesar de pecar de poco originales un año más, repetimos hotel. Era el lugar perfecto, una casita en mitad de la nada, apenas una docena de habitaciones, una cocina fantástica y un buen surtido de vinos, chimeneas y un ambiente muy tranquilo. Cada suite fuese radicalmente distinta, decoradas en ambientes distintos... japonesa con una cama tradicional y jacuzzi, nórdica con alfombras de piel de animal y sauna... cada año elegíamos una suite distinta y era como estar en un hotel distinto cada vez.
Después de dejar el atasco del viernes y hora y media de camino, llegamos al hotel. El viaje fue muy tranquilo y distendido, hablando de todo un poco y disfrutando de nuestra compañía, durante el camino comentamos las ganas que teníamos de pasar una velada tranquila y no dejamos de hacer todo tipo de comentarios morbosos y algo subidos de tono. Todo hacía presagiar un fin de semana especialmente caliente.
Hicimos chekin nos arreglamos un poco para bajar a cenar y Rosa se puso un vestido negro que dejaba muy claro que debajo de él había un cuerpazo absolutamente apetecible. El escote dejaba entrever sus dos preciosos pechos y era lo suficientemente corto como para acelerar el pulso con solo mirarla. No pude evitar besarla apasionadamente contra la pared de la habitación dejando que notase lo caliente que ya me había puesto solo por haberla visto vestida así, me preocupe de que notara lo dura que estaba mi polla y ella me sonrió de forma picarona. Fue en ese momento cuando recordé que entre mis preparativos había un juguete que había comprado especialmente para ella. La susurre al oído que tenía una sorpresa que la iba a encantar, la cogí de la mano y la senté en un sillón, la pedí que cerrara los ojos y que confiase en mí. No puso ningún reparo y cumplió mis órdenes al detalle. 
Un minuto después la había vendado los ojos y me acercaba a ella muy despacio, me arrodille delante de ella, abrí sus piernas muy suavemente, y cuál fue mi sorpresa al ver que no llevaba nada donde debería haber al menos un tanguita. Me acerque muy despacio y pude comprobar que sus labios estaban muy mojados, no pude evitar acercarme muy despacio y recorrer con la punta de mi lengua su rajita desde su agujerito hasta el clítoris recogiendo el néctar de su coño cálido y suave ummm… sus muslos se tensaron y mi rabo se puso definitivamente como una piedra. Sentí la necesidad de comerme aquel coño sin parar, pero por un instante recupere el control y continúe con mi plan. Me regale una pasada mas por su por su rajita y comencé a meter las bolas sin ningún problema, primero metí una, luego dos, tres y por último una cuarta, cuando termine me levante y como si no hubiera pasado nada le quite la venda, tendí la mano y le dije – hora de cenar cariño- ella me miro con cara de incredulidad y una sonrisa que me decía que entendía que el juego solo había hecho que empezar se levanto y respirando hondo salió de la habitación. 
El restaurante del hotel era muy pequeño, lo justo para atender a los huéspedes en varios turnos, pero parece que aquella noche todos habíamos decidido bajar a cenar en el mismo momento… nos dieron una mesa al fondo del salón, junto a un gran ventanal sobre el que golpeaba con rabia la lluvia. El tiempo animaba a quedarse cerca de la chimenea o entre las sabanas de la habitación.
Apenas llevábamos unos minutos sentados en la mesa,

cuando el camarero interrumpió nuestra conversación para preguntarnos si seriamos tan amable de compartir la mesa con otra pareja, al parecer había algún problema de espacio. Lo cierto es que nos quedamos un poco sorprendidos con la propuesta, pero tampoco supimos decir que no. 
Después de las inevitables presentaciones comentamos lo particular de la situación pero lo cierto es que desde el primer momento nos encontramos muy a gusto los cuatro y decidimos compartir un Muga, el vino empezó a cumplir su función y la conversación cada vez era más divertida y desinhibida.
En un momento de la cena recordé que tenía algo en el bolsillo para mi chica, metí la mano y gire un botoncito del pequeño mando que activaba la vibración de las bolitas que Rosa llevaba en el coñito. Comencé con una vibración muy suave, nada mas activarla la vibración Rosa dio un pequeño respingo en la silla y pude ver como un gesto de placer apareció en su cara, en ese momento hablaba con nuestra invitada y le costó disimular que su rajita estaba mojándose de nuevo, fui aumentando despacio la intensidad de la vibración y miraba como se mordía disimuladamente los labio, creo que de no haber parado hubiera sido capaz de correrse en la mesa…
La velada resulto muy agradable, cualquiera hubiera pensado que los cuatro nos conocíamos desde hacia tiempo. Teníamos la misma edad aproximadamente, Carlos era un tío más o menos de mi estatura y edad, con el pelo negro y unos rasgos muy marcados. Sara era algo menudita, también morena y con el pelo por el cuello. 
Lo cierto es que ya estábamos contentillos con el vino y después del café decidimos que era el momento de retirarnos. Carlos y Sara iban delante susurrándose al oído y riendo… fue entonces cuando nos comentaron si queríamos ver su habitación por aquello de que eran distintas. Se trataba de la suite Manhattan y la particularidad en este caso era una enorme bañera con hidromasaje.
Carlos nos propuso abrir un Prado Enea que habían traído, nos sentamos y la velada continúo con risas de algo maría y el placer del vino. 

El sillón era enorme en forma de U y con una mesita en el centro, Rosa se había quitado los tacones y estaba tumbada en el sillón y recostada sobre mi pecho. La conversación comenzó a tomar temperatura a cuenta de lo genial de echar un polvo en el jacuzzi o en el baño turco y envueltos en la tranquilidad el vino y la maría. Yo comencé a tocar a Rosa, fue un gesto casi inconsciente, pero cuando me di cuenta le acariciaba su pecho con toda la calma del mundo y lo mejor es que había conseguido poner duro su pezón y ahora jugaba con él con total normalidad. 
Sara y Carlos estaban sentados uno junto frente a nosotros, pero no parecían sorprendidos por lo que hacia mi mano, es mas parecía que no lo vieran. Entonces Sara empezó a acariciar el paquete de Carlos con toda tranquilidad, mientras este comentaba una anécdota picante de unas vacaciones anteriores. 
Era evidente que su paquete empezaba a aumentar de manera importante, Sara nos miró con una sonrisa picarona y muy despacio comenzó a sacar la que ya era una enorme polla del pantalón de Carlos, se agacho muy despacio y empezó a comérsela… 
sus labios recorrían muy lentamente su capullo, succionaba la punta de aquella enorme polla hasta hacerla desaparecer en su boca y la dejaba salir de nuevo húmeda y palpitante. Carlos enmudeció en un gemido y dejo caer su cabeza hacia atrás, ella sacó muy despacio la punta de su sexo de su boca y sin separase de ella nos dijo – la culpa de esto la tenéis vosotros! E inmediatamente continuo con la mamada! 
Yo estaba petrificado, y en un momento de conciencia, recordé lo que tenía en el coñito de mi chica y active la vibración de nuevo, ella curvó su espalda echando la cabeza hacia atrás y al tiempo que cerraba los ojos exhalo un gemido profundo -ooooh diooos!!!
Instintivamente deje caer mi mano hasta su coñito que chorreaba su flujo y pedía desesperadamente que le metiera mis deditos, su clítoris palpitaba hinchado y me pues a masajearlo con la yema del dedo a conciencia, ella se retorció de placer, se giro un poco sobre mí y saco mi polla muy despacio. Estaba tan dura que pensé que iba a estallar y empezó a comerme el rabo aplicándose a conciencia, lamiendo mi capullo y metiéndoselo después en la boca muy despacio para repetir el proceso de nuevo una y otra vez. 
Sara tenia el vestido por la cintura, tanto la parte de arriba como la de abajo y estaba sentada a horcajadas sobre la boca de Carlos que le comía el coño con un apetito voraz, ella se abría los labios de su coñito depilado con los dedos para facilitar la tarea de Carlos y sin dejar de mirar como yo seguía masturbando a Rosa, se inclinó hacia delante colocándose a cuatro patas pero sin dejar de restregar su rajita por la boca de Carlos y acercándose al coño de Rosa, empezó a sacar las bolas de su rajita y con una mezcla de excitación y placer susurro –¡esto es trampa!-
Carlos se coloco detrás de ella, la cogió por las caderas y comenzó a follarla a cuatro patas, a cada envestida Sara gemía, 


su sexo era perforado sin compasión por Carlos, su pelvis al golpear sus nalgas emitían ese sonido inconfundible que no dejanba lugar a dudas de lo hondo que esta perforando su coño y la hacían suplicar que no parase al tiempo que sus tetas se balanceaban al ritmo de cada envites… Yo no podía aguantar un segundo mas la “tortura” a la que me estaba sometiendo mi chica, o paraba o me corría en su boca… le conseguí quitar mi rabo de la boca y me coloque debajo de ella dejándola tumbada boca arriba sobre mí, comencé a llenar su coño con mi polla y mientras la penetraba desde atrás ella me presionaba con su culito y su coño presionaba mi sexo cada vez que salía de él en un intento desesperado de mantenerlo dentro y que se convertía en un perfecto y lujurioso ordeño. Noté que algo estaba rozando mi polla cuando salía de su coñito, levante la vista y vi a Sara lamiendo el clítoris de Rosa al mismo tiempo que yo la follaba oooh no lo podía creer!!! Ver a una tia comiéndose el coño de mi mujer pero sobre todo era una fantasía hecha realidad, pero la expresión de placer e incredulidad de Rosa me llevo al límite en una fracción de segundo.
El orgasmo recorrió mi cuerpo sin compasión, Rosa notó como mi leche inundaba su coño y estalló en un orgasmo brutal que me pareció eterno. Mi leche brota del coño de mi chica junto con sus flujos y Sara al notar semejante cascada de placer, comenzó a gritar todavía con el clítoris de Rosa en la boca y se fundieron en un solo orgasmo, mientras Rosa gritaba presionaba su cabeza contra su coño –me corrooo ooooh me corroooo no pares te lo suplico no pares- cuando Carlos saco su rabo del coño de Sara y derramo su leche por su espalda mientras gritaba de placer sin reprimir un gemido de placer, pensé que el tiempo se detenía… durante unos minutos nos quedamos en silencio inmóviles, saboreando las sensaciones, recuperando pulsaciones, aliento, cuatro cuerpos inertes, el olor a sexo… Sara levanto la mirada y le susurro a Rosa, me debes una comidita cariño…


por PACO01